The Shepherd Company nació de un anhelo que latía desde hace años, un sueño moldeado por el viento patagónico y la inmensidad de sus paisajes. Su cofundador, un amante de la pesca y eterno viajero de estas tierras, había recorrido incontables veces sus ríos salvajes, sus montañas imponentes y sus caminos de tierra infinita. Siempre se preguntó cómo más aventureros podrían descubrir esa magia sin perder la esencia de la exploración libre y auténtica.

Fue en un viaje a Australia donde el sueño se convirtió en destino. Allí, entre carreteras interminables y viajeros que recorrían el país con absoluta autonomía, comprendió que Chile necesitaba una alternativa similar: camionetas con carpas, campers, motorhomes… una nueva forma de viajar, sin ataduras, con la libertad de despertar cada día en un lugar diferente.

De regreso a casa, con la certeza de que su idea debía hacerse realidad, comenzó a darle forma al proyecto. En ese camino, descubrió un modelo innovador y poco explorado: permitir que inversionistas fueran los dueños de las camionetas. Así, no solo lograba hacer sostenible la empresa, sino que creaba una red de personas apostando por un turismo consciente y de calidad.

Así nació The Shepherd Company, no solo como una empresa de arriendo, sino como un puente hacia la verdadera aventura. No entregamos solo vehículos; diseñamos rutas, compartimos secretos del camino y abrimos las puertas de Chile a los espíritus inquietos. Porque en el último rincón del mundo, donde la naturaleza aún dicta el ritmo, hay paisajes esperando ser descubiertos, historias esperando ser vividas y recuerdos esperando ser creados.